lunes, 26 de enero de 2009

A 26 años de la tragedia de Uchucraccay





Homenaje a los héroes del
periodismo de Ayacucho


Veintiséis años después, vuelve a nuestra memoria la tragedia de Uchuraccay, donde murieron ocho periodistas y un guía ayacuchano, que cumplían su misión en busca de la verdad. Paz en su tumba a

Los ocho periodistas asesinados. No aparece Infante, quien fue probablemente quien tomó la foto.





Eduardo de la Piniella y Pedro Sánchez (El Diario de Marka)

Félix Gavilán (corresponsal de El Diario de Marka)

Willy Retto y Jorge Luis Mendívil (de El Observador)

Jorge Sedano (de La República)

Amador García Yanque (del semanario Oiga)

Octavio Infante (de Noticias de Ayacucho)

Juan Argumedo (guía e intérprete)

Severino Huáscar Morales (comunero, quien intentó impedir el asesinato de Juan Argumedo y a quien debemos recordar por su nobleza y humanidad)

El último trabajo periodístico de Willy Reto





No hay que olvidarlos y si ellos fueron las víctimas de una gran tragedia que enlutó a nuestra patria con más de 25 mil muertos, hay que recordar a quienes desde los mismos escenarios continuaron la misión que ellos no pudieron terminar.

Creo que es la hora de recordar también, la tarea que en medio del tráfago de aquella guerra insana, llena de traiciones, de tantos dobleces que la verdad aún no sale a flote, de sacrificios innómines y heroicidades desconocidas, cumplieron nuestros colegas

Carlos Valdez Medina, corresponsal de La República y The Associated Press,

Hugo Ned Alarcón, entonces corresponsal del diario La Prensa,

Mario Cueto Cárdenas, corresponsal de Canal 5 y más tarde de RadioProgramas del Perú,

Luis Morales, corresponsal del Diario de Marka, asesinado siete años después de la tragedia de Uchuraccay

Ilpidio Vargas, corresponsal del diario El Observador, y

Leoncio Jerí Untiveros, ya entonces un venerable periodista de Radio la Voz, quien fuera condecorado por la Federación de Periodistas del Perú en 1991.

La guerra no había terminado y los periódicos, informativos de radio y televisión estaban llenos diariamente de las noticias que se libraban en aquellos frentes de batalla desconocidos, ocultos, en que muchos pueblos se convertían en campos de exterminio, de las torres derribadas en lejanos confines de nuestras cordilleras, de los asesinatos disfrazados de operativos antisubversivos...

Así era el pueblo de Uchuraccay





De todo ello, de lo que le disgustaba al gobierno y de lo que les disgustaba a los terroristas y que podía provocar sus ansias de venganza contra sus autores, daban cuenta los despachos periodísticos que no sólo se publicaban en el Perú sino que atravesaban las fronteras para llevar la imagen de este país desgarrado al conocimiento de la humanidad entera.

Ellos nunca dejaron de cumplir su misión al servicio de la verdad, y solo la verdad, por lo que algunos de esos nuestros colegas, se malquistaron con los directores o mandamases de turno de medios de comunicación comprometidos con diversos intereses.

Por ello, y en el marco de una batalla que aún se sigue librando en todos los frentes de nuestra patria, por la verdad a pesar del poder político, a pesar del ominoso poder del narcotráfico, a pesar del encubierto poder de la corrupción, saludemos a esos colegas que nunca doblegaron su pluma y nos dieron la verdad a pesar de su angustia por la seguridad de sus familias y de su temor natural a las venganzas traicioneras.

Saludemos ahora que están junto a nosotros, a Carlos Valdez Medina, Hugo Ned Alarcón, Mario Cueto Cárdenas e Ilpidio Vargas

A ellos larga vida en armonía y felicidad con sus familiares, su pueblo y sus colegas, a los que nos dejaron, eterno descanso en sus tumbas y en la memoria colectiva.


Fotos de la revista Caretas

miércoles, 21 de enero de 2009

Taller del periodista (III)

(También para los que no lo son)


Bueno es gerundio
pero no tanto


Esta es la tercera entrega de este Taller que busca y encuentra el abuso del gerundio en todas las tiendas no solo periodísticas sino políticas, institucionales, gubernamentales, culturales…



En los últimos tiempos, el mal uso y el abuso del gerundio se han extendido de tal modo que llueve torrencialmente de la boca de locutores y narradores de noticias y de los textos de la prensa escrita un verdadero chaparrón de esa forma gramatical. Muy pocos y escogidos artículos y notas informativas se salvan de esa arremetida.



El gerundio es una forma invariable del verbo destinada a aclarar o a completar el significado de la frase, que concluye en terminaciones ando y iendo. La terminación ando se usa para los verbos cuya forma en infinitivo termina en ar y la terminación iendo para aquellos cuyo infinitivo finaliza en er o ir. Pero eso usted ya lo sabía, ¿no?

Se utiliza una forma verbal en gerundio para denotar la acción del verbo en abstracto y cuando la acción de éste es simultánea o inmediata a la del verbo. Ejemplos: estoy amando. Puede utilizarse, además, en los tres tiempos de la conjugación: estuve amando, estaré amando.

Los accidentes de género no modifican el uso del gerundio: El está amando, ella está amando, nosotros estamos amando, ellos están amando, ustedes están amando o vosotros estáis amando.

Debido a que el gerundio denota la acción del verbo en abstracto no tiene tiempo ni género ni número, como puede apreciarse en los ejemplos anteriores.

Existen dos clases de gerundio: simple y compuesto. La forma simple se produce cuando va sólo en su forma verbal y consta de una sola palabra, en este caso amando. La forma compuesta requiere del verbo auxiliar y consecuentemente de dos palabras: habiendo amado.

Del mismo modo, el gerundio permite la utilización de palabras enclíticas (es decir, partículas o partes de la oración que se ligan con el vocablo precedente con el cual forman una sola palabra) como en amándolo, paseándolos, pronunciándose.

Uno de los vicios o abusos que se observan con frecuencia en recientes escritos, discursos e informes, es el uso de la forma vienen siendo, vienen ejecutándose, vienen formándose, etc., lo cual constituye, como se verá un abuso del viene y del gerundio que lo sigue.

Lo propio y lo correcto podría ser se ejecuta, se forma.

El doctor Antonio Maurial, abogado, profesor y escritor, autor de Comunicación escrita – De la palabra a la acción, consigna varios instructivos ejemplos de usos incorrectos del gerundio “cuando la acción no es inmediatamente posterior (o simultánea) a la del verbo”:

1) A los sesenta años emigró a América muriendo en México;

2) La noticia circuló por el pueblo acudiendo hombres y mujeres a comprobarla.

3) El avión se estrelló siendo encontrado en un bosque cercano.

4) El delincuente huyó siendo detenido horas después.

En la primera oración el gerundio indicó una acción lejana a la acción del verbo (no emigra muriendo); lo correcto es: “... y posteriormente murió en México”.

En la segunda: “ ... hombres y mujeres acudieron a comprobarlo”.

En la tercera: “ ... y fue encontrado”

En la cuarta: “ ... y fue detenido horas después”.

A continuación se entregan unos cuantos gerundios de mayor frecuencia incorrectamente usados, de cosecha propia, junto a la versión correcta, a fin de que el estudiante o periodista evite caer en el mal uso de esta parte fundamental de la oración.

Los redactores y reporteros de la prensa escrita y oral, abusan de frases como:

1) Los trabajos vienen siendo ejecutados a un costo de...

Debieron decir:

1) Los trabajos son ejecutados a un costo de...

2) La policía intervino cuando estaba siendo golpeado...

Lo correcto hubiera sido:

2) La policía intervino cuando era golpeado...

3) Los damnificados vienen recibiendo ayuda...

Mejor era:

3) Los damnificados reciben ayuda...

Y eso es todo por hoy.

Hasta el próximo taller que ojalá les sea provechoso...

martes, 20 de enero de 2009

Cuatro frescas (XXI)


Después de reincorporar al que vino a trabajar con tufo a alcohol, solo sé que tengo sed”. (Alcaide de Chorillos).

“Esos chuponeadores malditos son hombres de poca sed”. (San Pao)

“Hay que hacer una reunión con los chuponeadores que deben ser buenas firma pa’l trago, ¿no? (Choledo).

“Estuve presa porque mis guerreros me abandonaron: Paolo Guerrero me enjuició, Ney Guerrero fue absuelto y el fotógrafo Carlos Guerrero es no habido”. (Magali).


miércoles, 14 de enero de 2009

Se fue Fernando Cabieses



Trató la historia como
literatura y rescató
la ciencia médica inca
Ahora siento que Fernando Cabieses, quien acaba de morir, es una persona, un individuo, un ser humano.
Pero siento que han muerto varios Cabieses: el historiador y literato, el científico e investigador de las plantas de nuestra cordillera y nuestra amazonia para no solo informar para qué sirven sino para sacar provecho de ellas y aliviar los males de los hombres, y también siento que ha desaparecido el médido genial de las intervenciones al cerebro y el institucionalista, director de Bibliotecas Nacional, y el fundador y director del Instituto Neurológico de Lima y del Instituto Nacional de Medicina Tradicional.

Antes no sabía por cuántos Cabieses se agrupaban en su cuerpo, ni cuál de ellos estaba sonriendo o declarando a los periodistas sobre las virtudes de las plantas medicinales de que el Perú es pródigo ni si estaba mentalizando una teoría histórica.

Era yo reportero del diario Correo cuando me tocó concurrir a una conferencia de prensa que Fernando Cabises, el médico, ofrecía con motivo de no recuerdo qué descubrimiento que acababa de hacer.

Nos habló de las virtudes de las plantas, entre ellas la coca, la maca y la sangre de drago (a la cual llaman sangre de grado), y al finalizar la rueda formal, como yo tenía por costumbre para sacar algo propio, lo ataqué preguntándole si no era mejor, en lugar de las cápsulas que se habían presentado en la conferencia, tomar hojas, semillas o cortezas y sonriente me respondió que eso estaba muy bien, “pero el paciente tendrá que comerse el árbol entero para sentir alivio”.

Doctor Fernando Cabieses, autor de Narración de una conquista




Años más tarde, cayeron en mis manos los volúmenes de historia, Narración de una conquista, que sucedió a un tomo publicado en 1972 bajo el título de Los dioses llegaron del mar, en cuyas páginas muestra su genio literario y el conocimiento profundo y emocionado que tenía de la historia peruana. La novedad, decía Cabieses, es que junto a la publicación de Narración de una conquista venía también un segundo tomo, donde acentúa "un poco de la emoción y de la tragedia que impregnó esa época desgarradora".

El primer tomo de Narración de una conquista termina cuando los españoles han desembarcado y están en Cajamarca a punto de encontrarse con Atao Huallpa (así lo llama) y el segundo, ya lo adivinó usted, de la conquista propiamente dicha, incluidas las canalladas de los conquistadores, las intrigas palaciegas de los incas que también las hubo y las heroicidades de los generales y soldados del imperio arrasado.

Al enterarme de su muerte, siento que he perdido algo personal, aunque sepa conscientemente que mayor es la pérdida del Perú, y me asalta una sensación que pocas veces me ha atacado cuando me he enterado de la desaparición de alguien, sobre todo de alguien a quien siempre vi de lejos y a quien tuve pocas oportunidades de tratar.

Me hubiera gustado hablar largamente con él sobre la coca y su personal opinión sobre la hoja y la droga. No he alcanzado a hacerlo.

Cabieses, el doctor Cabieses, fue un peruano nacido en Mérida, Yucatán, México, cuando su padre se hallaba allá como cónsul del Perú. En 1935 vino al Perú y luego de un curso de especialización en los Estados Unidos, comenzó aquí a practicar la entonces casi desconocida cirugía cerebral, de cuyo conocimiento hacía gala en las conferencias de prensa que convocaba y de lo cual dan fe los libros sobre neurocirugía que ha escrito. Escribió no solo libros de su especialidad sino artículos y notas sobre, por ejemplo, La trepanación en el antiguo Perú, Filosofía histórica y medicina tradicional y La medicina en el antiguo Perú.

Ahora debe haberse juntado a su abuelo, don Juan Francisco Medina, quizá el más versado historiador de la conquista de Yucatán, y de quien sin duda, heredó el gen que lo hizo vadear en la historia del Perú antes, durante y después de la conquistapara convertirla en el drama inmortal que será Narración de una conquista.

Aunque ya no esté físicamente entre nosotros, ¡larga vida a su espíritu y a su herencia literaria, don Fernando!

lunes, 12 de enero de 2009

Cuatro frescas (XX)



“Le di vacaciones a José Mariño por hablador, luego le daremos vacaciones al hablador de la plaza de Armas”. (Delgado Porka).

“No confundir: Yo soy Sampietri, el bueno, el otro es un Giampietri”. (San Pietro).

”¿Quién dijo que el apra no tenía cura? Ahora hasta tenemos un cardenal con orden del sol incluida”. (El Hablador).

“Perdonamos a del Castillo porque ya se acabó el año de la rata y estamos en el año del búfalo”. (Mapache).

domingo, 11 de enero de 2009

Hay que hacer memoria, compañeros

Pocos escrúpulos para
pactar con el enemigo

Conmovedoras (para los compañeros) y evocadoras para los demás, han sido las declaraciones en una reciente e inusitada conferencia de prensa, del veterano líder histórico del Apra, don Armando Villanueva, quien insta a una reprogramación, rediseño, remodelación, reconstrucción de su partido, con miras a las elecciones del 2011, que podrían abrir las puertas a aquella ilusión del desaparecido Huaytita, ministro del primer Garcíazo: “El Apra estará cincuenta años en el poder”.
Justamente las declaraciones de don Armando se producen días antes de que en Palacio de Gobierno se concediera la Orden del Sol al vecino don Juan Cipriani Thorne por sus diez años de cardenalato, Bodas de Hojalata sacerdotales, quien aspira, una vez más, a la presidencia de la Conferencia Episcopal Peruana.
Díganme si eso no huele a típica maniobra aprista, para buscar el perdón de Dios y de los hombres para algunos ex ministros en investigación y tener cubiertos los flancos más humanos que divinos.
Como por casualidad también, el congresista Raffo, conspicuo representante del fujimorismo, menciona la presunción de inocencia, con respecto de la investigación que se seguía, acerca de la conducta de destacados miembros del Apra, entre ellos a su ex primer ministro, Jorge de Castillo.
Díganme si esto no huele a otra maniobra política de manos extendidas bajo la mesa.
Ilusiones y deseos
Pero sigamos con el asunto que nos trajo. Una cosa son las ilusiones y los buenos deseos y otra la realidad, don Armando. ¿Con quiénes se haría esa remodelación? ¿Con los nuevos aliados del corrupto fujimontesinismo? ¿Con los desorbitados humalas?
Nada sería de extrañar si recordamos los escasos escrúpulos del Apra al escoger como aliados a sus peores enemigos, don Armando. Usted debe tenerlos presentes.
Recordemos que el Apra se alineó con sus perseguidores y hoy está en una alianza subterránea con los miembros del gobierno más corrupto de la historia del Perú.
Acuérdese, líder histórico, de la alianza con Manuel Prado, representante de la peor derecha que llegó a la presidencia con sus votos y del triste final de aquel convenio.



Acuérdese de la convivencia con Manuel Odría, quien declaró indigno de la ciudadanía peruana a su máximo líder, don Víctor Raúl Haya de la Torre y que persiguió a sus militantes con saña a través de su ministro de Gobierno, el nunca bien recordado Alejandro Esparza Zañartu.
Acuérdese del Congreso aprista en el coliseo Gran Chimú de Trujillo, donde “por aclamación” un joven emergente líder llamado Alan García Pérez, exclamó a grandes gritos, sin haber sido elegido “gracias, compañeros por confiar por mí”, mientras los Townsend y los Prialé, los mismos Armandos y otros compañeros, se miraban atónitos por la audacia de tal maniobra tras la cual, como por arte de magia, el hombre se convirtió en candidato y ganó la presidencia de tan triste recordación.
Acuérdese de aquella sesión en el aula magna, cuando cientos de jóvenes compañeros recibieron al ya entonces presidente de todos los peruanos con gritos de “no a los amigos, sí a los apristas”, en franca alusión a los doce apóstoles que gobernaban entonces en detrimento de la doctrina partidaria y en reclamo a una cuota de burocracia para los desocupados apristas.
Acuérdese de las elecciones del 90 que le dieron la victoria a Fujimori porque ustedes hicieron campaña y votaron, como siempre, por consigna, por un japonés que se quedó diez años en una dictadura que los persiguió y hasta quiso asesinar al hoy presidente de todos los peruanos, porque no se debía elegir a un intelectual de prestigio como Mario Vargas Llosa, “porque los apristas jamás votaremos por alguien de la derecha”.
Acuérdese que el plato se repitió el 95 cuando el candidato opositor era el dignísimo don Javier Pérez de Cuéllar.
Y vea, finalmente, este contubernio solapado entre sus compañeros y los miembros de la mafia fujimontesinista, que no permite una tarea de limpieza a fondo que nos reconcilie a todos los peruanos con la moral, la ética, la vergüenza política, que nos sirva para reconquistar el respeto por nosotros mismos y nos pongamos todos a construir el futuro que merecen nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.
Habría que hacer mucha memoria de todas las veces en que ha habido venta de platos de lentejas y que, sin duda, usted, veterano líder histórico, fue testigo de todo aquello y lo dejó pasar y recién hoy, a los ochenta años de aprista, trata de moderniza lo arcaico y moralizar lo inmoralizable como lo vemos a diario en el Congreso y en las esferas del poder que hoy ostentan.
Por eso y muchas cosas más, ¿como reconquistar la confianza del Perú, don Armando?
Sin embargo y por esos deseos, si son buenos, ¡palmas apristas, don Armando!



domingo, 4 de enero de 2009

Gracias Perú, gracias Alan García…



Magaly en la calle

Magaly está libre. Hay quienes han hecho planes para ocultarse de los futuros ampays para no arriesgar su matrimonio, noviazgo o estabilidad en sus empresas y otros que la esperan este lunes con ansias en el canal 9 que la tiene como estrella para salvar el rating y el billete.

Y un eufórico abogado César Nakazaki afirmaba ante quien lo quería oír que Magaly estaba “recargada” y había ganado, se supone el proceso, cuando en realidad, como dijo alguien con ánimo aguafiestero que lo único que la “Urraca” había ganado era la calle.

Porque el tribunal no solo le dio libertad condicional sino que le aumentó la sentencia de cinco meses de prisión efectiva a ¡dos años! y, además, elevó la reparación civil de 80 mil soles a cien mil que deberá pagar al futbolista Paolo Guerrero.

A Nakazaki también Magaly debe agradecerle el haber estado unas horas adicionales en la canasta, porque el activo defensor se dirigió con la pierna en alto a la Ocma para denunciar a la Sala juzgadora, porque demoraba su decisión. El resultado, doctor, fue que la Ocma armó y envió un equipo a la Tercera Sala para que investigara la denuncia del abogado defensor y mientras tanto, Magaly se comía las uñas de una espera más larga de lo que hubiera deseado.

Además, en franca contradicción con la sentencia de la Tercera Sala Penal de Reos en Cárcel que la juzgó en segunda instancia, ella ha dicho que no se rectificará, lo cual podrá indicar que volverá a romper las cartas notariales y que reirá a toda boca durante su presentación que todo el mundo espera, mañana lunes 5.

Magaly está libre, ¿esa libertad le permite lucirse con una copa –¿de vino?– ante las cámaras de un canal de televisión? Ningún medio ha dicho si es vino o no pero las imágenes no pueden ser más ampayadoras. Usted ¿cómo la vio? ¿Era vino, chicha morada, ron con cocacola?

Con todo el apoyo

Quizá el apoyo del experimentado jurisconsulto Alan García -un juicio en toda su vida- quien aventó a los cuatro vientos que Magali solo debía estar encarcelada ¡dos meses! debe haber elevado el rating de confianza de Nakazaki y de la misma Magaly para seguir haciendo “lo que quiero, porque sigo siendo el rey”, letra que al abogado de palacio y a la conductora de televisión les calza al dedo como pedrada en ojo tuerto.

Carlín en La República





Pero la prisión condicional tiene sus normas de conducta y así lo dice con claridad la resolución de la Corte Superior que la sentenció y una de ellas, hasta donde se sabe, tradicional, habitual, de costumbre, y de obligada inscripción en las sentencias, prohíbe todo consumo de licor a quienes disfrutan de la gracia condicional, salvo que en esta ocasión, los juzgadores se hayan olvidado de establecerlo específicamente o esa prohibición haya quedado suspendida hasta que la Corte Suprema se pronuncie.

Ha dicho también Magaly que no rectificará sus versiones sobre el asunto Paolo Guerrero, por el mismo que fue sentenciada y el abogado Nakazaki, que las embarra con frecuencia –como aquello de que la directora no es responsable de lo que sale en su revista o programa de televisión– la ha apoyado, por lo menos, dijo, hasta cuando la Suprema diga su palabra.

Así, pues, amigos, Magaly está libre, y ahora ¿quién podrá defendernos?